El Ayuntamiento de Burgos ha activado su protocolo de seguridad ante la posibilidad de heladas o nevadas de consideración. El operativo estará en funcionamiento desde noviembre hasta el mes de abril. La ciudadanía puede observar la instalación de contenedores de sal en diferentes puntos de la ciudad como parte de las medidas preventivas.
La guía de respuesta frente al hielo y la nieve, actualizada el pasado año, divide la ciudad en 12 sectores. Esta organización prioriza la atención a centros hospitalarios, ambulatorios y colegios, así como a personas mayores y colectivos vulnerables en caso de nevadas significativas. El objetivo es evitar el aislamiento de los grupos más frágiles, además de garantizar la limpieza de las calles.
El protocolo contempla tres niveles de emergencia, todos dentro del denominado “nivel 0”. El nivel 0A se activa ante emergencias climáticas rutinarias, como noches muy frías o nevadas suaves. El nivel 0B responde a un empeoramiento de las previsiones, incorporando recursos privados. El nivel 0C implica la movilización del operativo completo, con más de 130 personas trabajando en la respuesta.
Según el concejal de Seguridad Ciudadana, Ángel Manzanero, la ciudad dispone de una alta capacidad de respuesta gracias a la combinación de recursos públicos y privados. Si la situación alcanzara el “nivel 1”, la gestión pasaría a la Comunidad Autónoma de Castilla y León (JCYL).


