La Plataforma por la Movilidad del Casco Histórico Alto de Burgos mantiene un conflicto abierto con el Ayuntamiento por la falta de soluciones a los problemas del barrio. Los vecinos señalan dificultades diarias relacionadas con la accesibilidad, el aparcamiento, el estado de las calles y la seguridad.
El principal problema es la accesibilidad. Las pendientes del barrio superan el 7% que marca la normativa estatal y europea para exigir soluciones mecánicas. Los residentes llevan años solicitando rampas o ascensores, especialmente en la subida de San Miguel, pero el Ayuntamiento propone instalar un elevador en el Camino de Gallego. Los vecinos piden participar en el diseño del proyecto, recordando el éxito de la remodelación de las Llanas gracias a la colaboración ciudadana.
El aparcamiento es otro foco de conflicto. La zona gratuita se ha reducido tras eliminar plazas sobre la muralla. Hace más de dos años, el Ayuntamiento prometió una consulta vecinal para decidir entre zona verde o naranja, pero no se ha realizado. Esta falta de decisión impide ejecutar otras obras necesarias, como en la calle Fernán González o el segundo tramo de Santa Águeda.
El deterioro del pavimento y la inseguridad nocturna preocupan a los residentes. Denuncian botellones, vandalismo y suciedad, así como la escasa presencia policial fuera de grandes eventos. El Museo del Retablo ha trasladado quejas por el mal estado de la calle. Además, los vecinos temen incendios en la ladera del Castillo y represalias por denunciar situaciones conflictivas.
