La Universidad de Burgos (UBU) está buscando nuevos espacios para el Laboratorio de Evolución Humana (LEH). Actualmente, las instalaciones están saturadas de cajas con fósiles, ya que los armarios están llenos. El director del LEH, José Miguel Carretero, ha solicitado más espacio para investigar y para recibir a otros investigadores.
La vicerrectora de investigación, Verónica Calderón, ha indicado que están en busca de soluciones a corto y medio plazo. La necesidad de espacio aumentará con la llegada de más material fósil de proyectos relacionados con Cueva Mayor y Sima de los Huesos. Este material será gestionado en colaboración con la Universidad de Alcalá.
El LEH cuenta con una importante colección de restos humanos y arqueológicos, y se han recuperado unos 7.000 fósiles en 40 años. Carretero destaca que se necesitan instalaciones adecuadas para realizar investigaciones efectivas.
A largo plazo, la UBU aspira a crear un centro de investigación que combine ecología y evolución humana, consolidando su papel en el estudio de los orígenes del hombre. La universidad ha recibido más de cinco millones de euros en financiación para proyectos de investigación, lo que refuerza su compromiso con la excelencia en este campo.
