La celebración de Halloween gana terreno frente al Día de Todos los Santos en Burgos. Los vendedores de flores, ubicados junto a los mercados Norte y Sur entre el 29 y el 31 de octubre, señalan que cada vez menos personas acuden a comprar flores para depositarlas en las tumbas de sus seres queridos.
Alfredo, vendedor en la calle Oviedo, afirma que la tradición se está perdiendo y que la mayoría de sus clientes son personas mayores, principalmente mujeres. Janeth Pisa, desde otro puesto cercano, coincide en que las ventas van despacio y que el margen de beneficios ha disminuido respecto a décadas anteriores. Los vendedores observan que los jóvenes participan menos en esta costumbre y que la mayoría de las compras se realizan en el último momento.
Silvia, de La Villa Verde, destaca que el negocio sobrevive gracias a la clientela mayor y que la competencia de supermercados, centros comerciales y bazares ha aumentado. Mercedes, en la plaza de España, indica que las ventas se mantienen similares a otros años, aunque reconoce la presión de la competencia.
El sector agrario, representado por la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), muestra preocupación por el descenso de ventas, ya que la producción de flor cortada y planta ornamental representa cerca del 20 % anual en esta época. Lorenzo Ramos, exsecretario general de UPA, advierte que el cambio de consumo hacia otras festividades, como Halloween, puede debilitar la producción nacional.
