El Grupo de Estupefacientes de la Policía Nacional mantiene activa la lucha contra el tráfico de drogas en Burgos, especialmente de cocaína base, conocida como crack. El consumo entre jóvenes y menores de edad ha generado numerosas denuncias anónimas y testimonios de familiares afectados, lo que ha impulsado la actuación policial en los últimos dos años.
El precio asequible de la sustancia, en torno a 10 euros la micra, y sus efectos inmediatos la hacen especialmente atractiva. Los puntos de venta, ubicados en viviendas particulares, registran un flujo constante de consumidores. El desmantelamiento de estos pisos es uno de los principales objetivos de los investigadores.
La ‘Operación Cara Cortada’ marcó el inicio de una serie de actuaciones contra grupos que distribuyen crack en la ciudad. Los condenados recientemente por la Audiencia Provincial utilizaban vehículos particulares para suministrar la droga, aunque otros distribuidores emplean sus domicilios o patinetes eléctricos.
En una operación a finales de 2023 en la calle Caja de Ahorros Municipal, la Policía detuvo a cuatro personas e incautó medio millar de dosis. En diciembre de 2024, un narco fue arrestado en la calle Hospital de los Ciegos, donde fabricaba la sustancia con utensilios domésticos. En febrero de 2025, se desmanteló otro punto de venta en la calle San Julián.
La última intervención tuvo lugar el pasado martes en San Pedro y San Felices, donde fue detenido un individuo que utilizaba su negocio como tapadera y fabricaba crack en un trastero. Se intervinieron unos 200 gramos de cocaína y, al día siguiente, se arrestó a otro pequeño traficante.
