El concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Burgos, Carlos Niño, ha ordenado intensificar la vigilancia policial para sancionar el abandono de enseres y residuos en la vía pública. La decisión se produce tras constatar que los trabajadores del servicio de limpieza encuentran a diario colchones, muebles y otros objetos junto a contenedores, árboles o farolas en distintos puntos de la ciudad.
La práctica, realizada tanto por particulares como por empresas de reformas, se repite en zonas como Grandmontagne, Lavaderos, la avenida de Castilla y León o la calle Severo Ochoa. Niño ha señalado que existen puntos negros identificados, como la calle Concepción, Reyes Católicos y el poblado del Encuentro, donde la acumulación de residuos es reiterada.
El edil mantuvo la semana pasada una reunión con responsables de la Unidad de Medio Ambiente de la Policía Local para coordinar acciones que permitan sancionar a un mayor número de infractores. Aunque reconoce la dificultad de sorprender a los responsables en el acto, el objetivo es aumentar la presión y aplicar las sanciones previstas.
La Ordenanza Municipal de 2017 contempla multas de hasta 600 euros por infracciones leves y de entre 601 y 1.500 euros por infracciones graves. Sin embargo, el texto presenta una duplicidad en la definición de las infracciones y las cuantías están desfasadas respecto a la Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular.
