La comunidad ortodoxa de Burgos, compuesta por unas 4.000 personas, está a punto de ver cumplido su sueño de tener una iglesia propia. Las obras han comenzado en un terreno cedido por el Ayuntamiento, en la calle Batalla de las Navas de Tolosa, en el barrio de Parralillos. Según Danet Mures, líder religioso de la comunidad, el templo estará listo para la primavera.
El proyecto cuenta con el apoyo del Gobierno de Rumanía, que financiará la mitad del coste. La otra parte se cubrirá con donaciones de los fieles. La iglesia se construirá en madera artesanal y llegará a Burgos en piezas para ser montada en el lugar.
Mures destaca la importancia de tener un espacio propio, ya que hasta ahora han utilizado la iglesia de Villatoro, gracias al Arzobispado de Burgos. El nuevo templo estará dedicado a los Santos Apóstoles Pedro y Pablo.
El líder religioso se muestra optimista sobre la capacidad del edificio y el espacio exterior disponible. La comunidad está emocionada y espera que la iglesia sea una realidad pronto. «La gente lo desea y está apoyándolo», concluye Mures.


