La panadería Villímar, en Burgos, ha decidido cerrar los domingos. Esta medida se toma debido a la dificultad de encontrar trabajadores que acepten turnos de madrugada. María del Val y su hija Carla, responsables del negocio familiar, han luchado durante un año para cubrir estos puestos. Sin embargo, no han tenido éxito, a pesar de ofrecer salarios competitivos.
El cierre se hará efectivo tras el puente del Pilar. Los clientes ya saben que no habrá pan ni servicio de reparto en 30 puntos de venta, incluyendo Villayerno-Morquillas, Hurones y Riocerezo. La panadería, que lleva más de 70 años en funcionamiento, cuenta con una plantilla de siete personas, incluyendo a la familia De Miguel.
María del Val y Carla se encargan de todo el proceso de elaboración del pan, desde el encendido del horno a las 3 de la madrugada hasta la cocción. La falta de mano de obra afecta no solo a la panadería, sino a muchos sectores en la región.
