El sector de reformas y rehabilitaciones en Burgos atraviesa un periodo de alta demanda, con un crecimiento de encargos entre el 20% y el 25% en los últimos cinco años. Sin embargo, el inicio de las obras se retrasa hasta dos meses tras la adjudicación, según Vicente García Santamaría, presidente de la Asociación Empresarial de Profesionales de Reformas y Rehabilitaciones de Burgos (Aerbur). Esta demora se debe principalmente a la lentitud en la elaboración de presupuestos y a la dificultad para coordinar los distintos oficios implicados.
El aumento de actividad no se traduce en una ampliación de la capacidad de las empresas, que en muchos casos deben rechazar proyectos fuera de su perfil o ubicación. La falta de mano de obra cualificada afecta a todos los oficios, desde herreros hasta electricistas, lo que genera una sobrecarga de trabajo y amenaza los plazos de ejecución. La escasez de relevo generacional y la pérdida de figuras como aprendices y peones agravan la situación, ya que la mayoría de los trabajadores supera los cincuenta años.
La Formación Profesional no logra revertir la tendencia, con baja matrícula en especialidades como carpintería. Los precios de los materiales, tras los aumentos derivados de la pandemia de covid-19 y la guerra de Ucrania, se han estabilizado, aunque siguen sujetos a ajustes. El sector mantiene su actividad gracias a la confianza económica, pero la falta de jóvenes y el envejecimiento de la plantilla plantean retos para el futuro.




