Un nuevo estudio liderado por el profesor Julio Mercader, junto a la investigadora postdoctoral Raquel Hernando del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), ha puesto de manifiesto que Homo erectus se adaptó con éxito a condiciones climáticas extremas hace aproximadamente un millón de años. Los hallazgos provienen de excavaciones en Engaji Nanyori, en la Garganta de Oldupai (Tanzania), realizadas cinco décadas después de que se descubriera la especie en este sitio.
La investigación sugiere que Homo erectus tenía una notable flexibilidad ecológica, gestionando recursos en entornos áridos y accediendo a paisajes fluviales para sobrevivir. Utilizando un enfoque interdisciplinario, que incluye biogeoquímica, paleoantropología y análisis arqueológicos, el equipo ha identificado un ecosistema dominado por matorrales semidesérticos que permitieron a estos homínidos adaptarse eficientemente a sus condiciones.
La colaboración internacional ha sido clave, con la participación de 22 instituciones y el apoyo del Consejo Canadiense de Investigación en Ciencias Sociales y Humanidades. Este esfuerzo conjunto también incorpora la perspectiva de la comunidad masái local, enriqueciendo los resultados de la investigación.


