En Burgos, los conflictos laborales han llevado a un notable aumento de despidos que terminan en los juzgados, con tiempos de espera que oscilan entre 8 y 10 meses para recibir un fallo judicial. Según el Ministerio de Trabajo y Economía Social, se registraron 349 despidos en la provincia hasta junio de este año, lo que representa un incremento del 15,5% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Esta cifra se convierte en la segunda más alta en cinco años, solo superada por los 494 despidos reportados en 2022, un año marcado por la situación post-pandemia.
Los sindicatos han señalado que, a pesar de una economía local relativamente estable, se observa un incremento en la conflictividad laboral, principalmente en industrias y sectores de la construcción. Muchos trabajadores enfrentan retrasos en la obtención de sus indemnizaciones debido a la necesidad de un fallo judicial previo, especialmente en casos de insolvencia empresarial. Los datos revelan que más del 60% de los despidos resueltos en este periodo acabaron en los juzgados, donde las indemnizaciones promediaron 12.076 euros, cifra superior a la media nacional. Mientras tanto, se contabilizaron 689 reclamaciones laborales, lo que añade presión a un sistema judicial ya saturado.
