Los bares El Moreno y La Amistad, en Burgos, abren a las cinco de la mañana desde hace más de treinta años. Su objetivo es servir café y almuerzo a los trabajadores que se dirigen a las fábricas, especialmente en el polígono de Burgos Este. Sin embargo, han recibido advertencias de la Policía Local. Los agentes les han informado que podrían ser sancionados si continúan abriendo antes de las seis de la mañana.
Ángel Renuncio, propietario de El Moreno, defiende su horario. Asegura que su negocio no es un bar de copas, sino un servicio para los trabajadores, taxistas y policías. Esta prohibición afectaría gravemente su actividad, ya que su identidad se basa en atender a quienes comienzan su jornada laboral temprano.
María Manso, de La Amistad, coincide en que su clientela son los empleados de empresas como Matutano y Campofrío. Ambos bares son parte de la rutina diaria de muchos burgaleses. La situación actual pone en peligro una tradición que ha perdurado en la ciudad durante décadas.
