El derbi castellano entre el Burgos CF y el Real Valladolid fue tenso y decepcionante. El partido, que se disputó ante más de 11.000 espectadores, terminó con un pequeño enfrentamiento entre los jugadores. Las aficiones, como es habitual, intercambiaron cánticos poco amistosos.
La jornada comenzó con mal pie. Varias plazas cercanas al estadio aparecieron con pintadas ofensivas contra la hinchada del Valladolid. Aunque los grafitis fueron rápidamente borrados por los servicios de limpieza del Ayuntamiento, la tensión ya estaba en el aire.
Los autobuses de la afición del Valladolid llegaron al campo bajo la vigilancia de la Policía Nacional, sin que se registraran incidentes graves. A las 16:30 horas, la afición del Burgos recibió a sus jugadores con gran entusiasmo. Durante el partido, el Fondo Sur desplegó un gran tifo que animó a los locales.
El juego fue flojo hasta que llegó un gol que animó a los aficionados. El Burgos estuvo cerca de empatar, pero no lo logró. Al final, varios jugadores se enfrentaron al portero del Valladolid por comentarios despectivos hacia la afición burgalesa. Appin y Mario fueron amonestados, aunque el árbitro no reflejó incidentes en el acta.




