El Servicio de Conducciones y Custodias de la Policía Nacional en Burgos traslada más de 2.400 presos al año. Esto incluye seis o siete traslados diarios. Los agentes llevan a los internos a juicios, consultas médicas y visitas familiares.
Cada traslado se realiza con al menos dos agentes. Los presos son transportados en furgones, siempre separados por género y por conflictos previos. Antes de salir de prisión, se les cachea y se revisan sus pertenencias.
Los agentes reciben información sobre el interno, incluyendo su delito y si ha intentado fugarse. Aunque no ha habido fugas en 18 años, se han registrado intentos. Los traslados a hospitales son considerados de alto riesgo, ya que los presos están en contacto con el público y el personal médico.
La Policía pide comprensión a la ciudadanía durante estos traslados, ya que buscan minimizar el tiempo en lugares públicos para reducir riesgos. También se extreman las medidas de seguridad en visitas familiares, donde el riesgo de fuga es mayor.
El objetivo es garantizar la seguridad de todos y tratar a los detenidos con respeto y dignidad. Los agentes están preparados para manejar situaciones de nerviosismo y agresividad en los internos.



