El barrio G-3 de Burgos, próximo al Hospital Universitario, cuenta con una destacada movilidad gracias a la flota de autobuses urbanos y la afluencia de personas de otras zonas. Sin embargo, los residentes señalan problemas persistentes en el tráfico y el aparcamiento, especialmente en la calle Condesa Mencía, donde las dobles filas y la falta de espacio dificultan la circulación diaria.
El vecindario solicita una mayor presencia policial para garantizar el cumplimiento de las normas de circulación y proponen adaptar aceras y calzadas al aparcamiento en batería, ya que los vehículos estacionados invaden el segundo carril. El Ayuntamiento eliminó algunas plazas de aparcamiento para mejorar la visibilidad en pasos de peatones, tras varios incidentes, e instaló sensores inteligentes en los semáforos hace un año para controlar la velocidad, medida bien valorada por los vecinos.
En cuanto a los espacios públicos, el Parque Pirata presenta casetas vandalizadas y problemas de limpieza. El campo de fútbol, actualmente de tierra, es utilizado a diario y los vecinos consideran que su acondicionamiento con césped sería beneficioso para el barrio. Además, la iluminación nocturna es insuficiente en algunos pasos de peatones, lo que genera preocupación por la seguridad.
Otros problemas detectados son la formación de charcos en la calle Loudun y el mal estado de las baldosas en varias vías, como Victoria Balfe y Conde de Haro, donde las raíces de los árboles provocan bultos y resquebrajamientos. Los residentes también sugieren dar uso a parcelas municipales baldías para mejorar el entorno.
