A finales de diciembre se cumplirán dos años desde la peatonalización de las calles Grandmontagne y Roma, en el barrio de Gamonal, Burgos. La transformación eliminó el tráfico y los coches aparcados, ampliando aceras y creando espacios peatonales con bancos, maceteros y terrazas. Los residentes destacan la mejora en la estética, la comodidad y la convivencia en la zona.
Vecinos como Ruth, de Grandmontagne, valoran positivamente la actuación, señalando que ha aumentado la sociabilidad y la calidad de vida. La hostelería también ha experimentado cambios. En el bar Río Pico, su propietaria afirma que la peatonalización ha favorecido el negocio, permitiendo duplicar el número de mesas en terraza y atrayendo a más clientes.
Sin embargo, la eliminación de plazas de aparcamiento y la ausencia de alternativas claras para estacionar han generado dificultades para algunos comercios. Negocios como Atmósfera Sport y Opticalia reconocen que, aunque hay más ambiente en la calle, las ventas no han aumentado debido a la falta de aparcamiento. Los clientes preguntan frecuentemente dónde pueden dejar el coche, y en ocasiones desisten de recoger sus pedidos por este motivo.
La peatonalización ha consolidado una nueva forma de vida en el barrio, pero el reto del aparcamiento sigue pendiente para comerciantes y visitantes.
