Monjas en 2025: vocación, retos y labor social en Burgos

Tres religiosas de Burgos comparten su experiencia, vocación y visión sobre el presente y futuro de la vida consagrada en España.

El interés por la vida religiosa femenina ha resurgido en el debate público tras el estreno de la película “Los domingos”, de Alauda Ruiz de Azúa, y la portada del disco “Lux” de Rosalía, ambas con referencias a monjas. En un contexto de descenso de vocaciones y cierre de conventos, tres religiosas de Burgos han compartido su testimonio sobre el significado de ser monja en la actualidad.

María Isabel Bartolomé, de las Religiosas Angélicas, ingresó en los años 80, cuando el sentimiento religioso comenzaba a declinar en España. Participante en el jubileo de equipos sinodales en Roma, afirma que su vocación sigue siendo una experiencia valiosa y que el mensaje de Jesucristo mantiene su relevancia. Reconoce la crisis de fe entre los jóvenes, pero considera que la vida consagrada no desaparecerá y destaca la labor social de las órdenes, aunque la suya cuente solo con 300 miembros en todo el mundo.

Isabel Vique, superiora de las Teatinas en Burgos y directora de la residencia de estudiantes Úrsula Benincasa, también se hizo monja en los años 80. Subraya la importancia de la cercanía y la educación en su labor, y destaca la satisfacción de ayudar a los demás, aunque reconoce la dificultad de los traslados frecuentes.

Isabel Olazagoitia, hija de la Caridad, resalta el compromiso con los desfavorecidos y la necesidad de adaptación de las congregaciones. Considera que el laicado y la presencia femenina en la Iglesia están en auge y que el seguimiento de Jesús persistirá, aunque cambien las formas de vida religiosa.

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