Los electricistas de Burgos enfrentan dificultades para acceder al centro histórico en casos de emergencia. Esto incrementa los costos y tiempos de trabajo. La Asociación Profesional de Industriales Electricistas y de Telecomunicaciones (Apilet) ha solicitado un acuerdo con el Ayuntamiento para permitir el acceso en situaciones críticas.
A diferencia de otras ciudades como León, donde se han establecido permisos especiales, en Burgos solo las grandes compañías distribuidoras tienen acceso. Los electricistas deben aparcar lejos y cargar su equipo a pie, lo que retrasa la atención y encarece las facturas.
Miguel Vivar, presidente de Apilet, señala que las emergencias ocurren a menudo cuando el acceso está restringido. Esto afecta tanto a comercios como a viviendas, donde se requiere atención inmediata. Aunque solo unas pocas empresas trabajan en emergencias, deben estar disponibles las 24 horas.
Además, los turistas que se alojan en el casco antiguo también enfrentan problemas de acceso, ya que solo pueden entrar cuando los bolardos están bajados. Esto afecta al sector hostelero, que ve perjudicada la llegada de clientes a cualquier hora. Los electricistas piden una solución que facilite su trabajo y mejore el servicio a la ciudadanía.




