El Ayuntamiento de Burgos ha decidido derribar el viejo lavadero de autobuses urbanos. La obra se espera que esté finalizada antes de que termine el año 2025. Este lavadero, que tiene 25 metros de largo y 14,6 de ancho, lleva años en desuso. Durante su funcionamiento, se utilizaba para lavar hasta 70 autobuses al día.
El edificio, de una sola planta y construido en hormigón, presenta un estado de deterioro significativo. Se han detectado grietas en el cerramiento exterior y su fachada muestra un estado ruinoso. La superficie total del lavadero es de 365,75 metros cuadrados y su altura es de 5,45 metros.
La demolición está valorada en 73.232 euros y se estima que durará dos meses. Esta decisión surge tras informes municipales que indicaron la urgencia de derribar el edificio y vallarlo. El anterior responsable del Servicio de Movilidad y Transportes, José Antonio López, había señalado que, aunque el estado del edificio era crítico, solo era necesaria la demolición de la parte más dañada. Sin embargo, se ha optado por derribar la estructura completa.




