La Policía Local de Burgos ha tramitado más de 4.000 denuncias por exceso de velocidad durante los seis primeros meses del año. Este dato se ha alcanzado utilizando únicamente dos de las cinco cabinas de radar disponibles, ya que la de la avenida del Arlanzón permanece fuera de servicio.
Las principales causas de los atropellos en la ciudad son las distracciones al volante y el exceso de velocidad. El uso del teléfono móvil o del navegador mientras se conduce figura entre los motivos más frecuentes de estos incidentes. Circular a mayor velocidad de la permitida incrementa el riesgo de atropello, ya que el tiempo de reacción y frenado se ve reducido.
El radar fijo situado en la avenida de Cajacírculo ha detectado una media de 20 infracciones diarias en la primera mitad del año. En este punto, 18 vehículos fueron captados circulando a más de 100 kilómetros por hora, 34 a más de 90 y 199 a más de 80, en una vía donde el límite es de 50 kilómetros por hora.
El intendente jefe de la Policía Local, Félix Ángel García, ha señalado que en Burgos “aún se corre más de lo debido”. Los datos reflejan que, pese a la ubicación conocida de los radares, persiste el incumplimiento de los límites de velocidad en las principales avenidas de la ciudad.




