El recorte de inversiones públicas en 2010, impulsado por el entonces ministro de Fomento José Blanco durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, continúa condicionando el desarrollo de infraestructuras en la provincia de Burgos. La crisis financiera de 2008 y las medidas de ajuste paralizaron proyectos iniciados en la década anterior, cuyos efectos aún persisten.
Entre las obras afectadas destaca la autovía A-73, cuyo tramo Burgos-Quintanaortuño (10 kilómetros) se inauguró en 2013 tras un parón. Actualmente, los trabajos se centran en el tramo hasta Montorio, mientras que los segmentos Santa Cruz del Tozo (17 kilómetros) y Santa Cruz del Tozo-Pedrosa de Valdelucio (14,3 kilómetros) permanecen fuera de la planificación ministerial. El último tramo hasta Aguilar de Campoo, en Palencia, tampoco avanza.
En 2009 se aprobaron los proyectos de los tramos centrales, pero nunca llegaron a licitarse. El Ministerio de Transportes no ha reactivado estos expedientes, que requieren una actualización técnica que podría prolongarse al menos dos años por tramo, más el periodo de alegaciones.
El tramo Pedrosa de Valdelucio-Báscones de Valdivia (12 kilómetros) también sufrió retrasos. Adjudicado en 2009, las obras se paralizaron y solo se retomaron en 2017, finalizando en 2021 tras la quiebra de una de las empresas adjudicatarias.
La autovía A-12, por su parte, se encuentra en un bloqueo administrativo, sin avances significativos en los tramos pendientes en la provincia de Burgos.


