Los viticultores de la Ribera del Duero enfrentan problemas por la proliferación de fauna, como corzos, jabalíes y conejos. Juan Antonio Sánchez, cetrero y experto en control de fauna, destaca que estos animales causan daños significativos en los cultivos. La cetrería se presenta como una solución efectiva para mitigar estos problemas.
Sánchez, que dirige un centro de cría en Aranda de Duero, explica que el aumento de cultivos atractivos ha favorecido la proliferación de estos animales. Además, la caza mayor ha disminuido, lo que ha permitido que las poblaciones de fauna crezcan sin control. Esto repercute negativamente en los agricultores, que ven cómo sus cosechas alimentan a los animales.
El cetrero utiliza halcones y azores para controlar la fauna en los viñedos, organizando vuelos en las horas de mayor actividad de los animales. Sin embargo, considera que vallar las parcelas no es una solución viable, ya que los animales buscan la comida y pueden causar más daños al intentar entrar.
La rentabilidad de su negocio ha disminuido, y la falta de ayudas complica aún más su situación. A pesar de estos desafíos, Sánchez continúa trabajando en la cría de aves rapaces, con un enfoque en la calidad genética para competir en mercados internacionales.



